
Recién parido donde el miasma de tus sentidos me abandonó, destruyo la telaraña de tu olvido y al caer, dedico un silencio a aquellos polvos fenecidos en la lava de tu infierno interno.
Ya en el piso, el golpe rompe el cascaron y la inseguridad y el frió que me envuelven me abren cristales... y el mundo ante mi
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